El efecto Pigmalión.

El efecto Pigmalión otorga su denominación a una antigua leyenda griega: un escultor llamado Pigmalión realizó una escultura llamada Galatea. Pigmalión acabó enamorándose de su escultura de tal forma, que la trataba como si de una diosa se tratara.

Tiempo después se interpuso la diosa Afrodita en su vida convirtiendo a Galatea en una mujer real, de carne y hueso:
La profecía se había convertido en realidad.
Por tanto, cuando citamos el efecto Pigmalión (profecía auto cumplida) nos referimos a todas aquellas creencias que acaban convirtiéndose en realidad.

¿Y esto qué reflejo tiene el efecto Pigmalión en la psicología?

Dicho efecto puede ocurrir cuando se trata a una persona de un determinado modo, de tal forma que dicha persona acaba comportándose y actuando según el trato que ha recibido.

Esto puede darse por ejemplo en la edad infantil: si a un niño con dificultades de aprendizaje se le da el mensaje de que no va a poder estudiar lo que quiera, acabará por abandonar los estudios.

Por contra, también puede ocurrir el impacto contrario: que alguien con dificultades en cierto ámbito sea tan motivado que acabe por alcanzarlo, e incluso, superando las expectativas iniciales.

Este efecto puede llegar a ocurrir pero la evidencia nos muestra que no siempre acaba por cumplirse.
No obstante, lo mejor es que nos marquemos metas realistas, acorde a nuestras expectativas y no tiremos la toalla, por las dificultades que se interpongan en el camino.

Sara Oneca
Psicóloga colegiada N-01642


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