La metáfora del jardinero.
Supón que eres un jardinero que ama su jardín, que te gusta cuidar de tus plantas y que nadie más que tú tiene la responsabilidad de atender esas plantas. Supón que esas plantas son las cosas que pretendes hacer en tu vida.
Piensa por un momento… ¿Cuáles son las plantas de tu jardín? ¿De qué manera ves esas plantas como jardinero? ¿Tienen flores, huelen bien, son como las deseas? ¿Estás cuidando las plantas que más quieres tal y como las quieres cuidar?
No siempre hay flores en el lugar que uno quiere, ni en el momento que uno así lo desee. A veces se marchitan a pesar de cuidarlas. La cuestión es cómo ves a las plantas que estás cuidando.
¿Qué se interpone en tu camino con las plantas, en su cuidado diario? Quizás estés gastando tu vida en una sola planta del jardín.
Las malas hierbas.
Sabes bien que, en los jardines también crecen malas hierbas. Imagina ahora un jardinero que las corta tan pronto cómo las ve. El problema es que esas malas hierbas vuelven a aparecer. De nuevo el jardinero se obsesiona con volver a cortarlas. ¿Es ésa tu experiencia con el problema? ¿Abandonas el cuidado del jardín para ocuparte de las malas hierbas?
Las malas hierbas, a veces, favorecen el crecimiento de otras plantas, porque dan espacio para que las demás crezcan. A veces, las plantas tienen partes que no nos gustan pero que, a ellas, les son útiles. Como ocurre con el rosal, que para dar rosas ha de tener espinas. En cualquier caso piensa que, a veces puedes centrarte demasiado en arrancar las malas hierbas y acabas descuidando el cuidado de las buenas.
¿Cómo es tu jardín?
Si miras a tu propio jardín, seguramente verás que, algunas plantas están lacias y otras exuberantes. Piensa en «tus plantas» y recapacita si las cuidas tal y cómo realmente deseas cuidarlas. Pregúntate si estás realmente satisfecho con el cuidado que le das a «tus plantas». ¿Las cuidas de acuerdo con lo que valoras en tu vida? Si no las cuidas, ¿qué te está impidiendo cuidarlas en este momento? ¿Dedicas demasiado tiempo a las malas hierbas?

Unas preguntas a modo de conclusión.
¿Qué te sugiere esta metáfora en tu vida? ¿Cuáles son las plantas de tu jardín? ¿Se te ha olvidado regar alguna? ¿Dedicas todo tu tiempo a cuidar solamente de una? ¿Dejas crecer las semillas que has plantado? ¿Te ocupas demasiado de las malas hierbas? En definitiva, ¿estás satisfecho con tu jardín?
Dedica unos minutos a reflexionar sobre estas cuestiones y hazte una pequeña lista mental para decidir cuáles son plantas de tu jardín.
Fuente: «Terapia de aceptación y compromiso (ACT). Un tratamiento conductual orientado a los valores. Kelly Wilson y Carmen Luciano (2009, Ediciones Pirámide).
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Sara Oneca.