El apego

La teoría del apego fue desarrollada por primera vez por el psicólogo John Bowlby.
El apego es el vínculo emocional que desarrolla el niño con sus cuidadores (padres, tutores…) y que le proporciona la seguridad necesaria para el desarrollo de su personalidad.

La teoría del apego.

La teoría del apego se fundamenta en que el estado de seguridad, miedo, ansiedad que puede experimentar un niño está estrechamente vinculado a la respuesta de su principal figura de apego (la persona con la que establece el vínculo). De este vínculo nacerán dos tipos de apego:

1. Apego seguro
Este tipo de apego aparece cuando las relaciones entre el niño y el cuidador son de buena calidad, existiendo confianza plena, afecto y bienestar.
2. Apego inseguro
Por contra, en este tipo de apego el niño muestra un apego de mala calidad ante los cuidadores, impidiendo así un desarrollo emocional sano.

Existen tres tipos de apego inseguro:

A. Apego evitativo
En este tipo se produce una relación de desconfianza sin una comunicación entre hijo y cuidador.
B. Apego ambivalente
Este tipo de apego se caracteriza por una dependencia hacia la figura cuidadora, pues ésta está ausente y el niño siente esa continua necesidad de ser amado y protegido.
3. Apego desorganizado
En este tipo de apego el niño rechaza la figura del cuidador pues no tiene estrategias suficientes para afrontar el estrés que le provoca la ausencia del cuidador.

Por tanto, los estilos de apego están relacionados con los estilos de crianza adoptados por los padres hacia sus hijos.

Los posibles estilos de crianza de padres a hijos se dividen en tres:

1. Estilo autoritario
En este estilo los padres educan en un ambiente de obediencia y control. Intentan que los hijos se adapten a un estándar de normas de conducta y los castigan si no las cumplen.
2. Estilo permisivo
Este estilo es el opuesto al anterior. Se educa bajo un clima de permisibilidad total caracterizado por la ausencia de normas, sin apenas castigos.
3. Estilo democrático
En este estilo los padres respetan la individualidad de los hijos, enseñándoles los valores sociales. Son cariñosos, permisivos pero a su vez les enseñan normas de conducta y les devuelven un feedback adecuado sobre su comportamiento.

Tanto los tipos de apego recibidos en la infancia como los estilos de crianza con los que se ha educado, determinarán las futuras relaciones que mantendrán los hijos a lo largo de toda su vida.

Sara Oneca

 


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