La tristeza y la depresión son dos términos que a menudo se confunden y se utilizan indistintamente, y aunque ambas pueden tener una base emocional similar, la tristeza es una emoción normal y natural que experimentamos como respuesta a situaciones difíciles, mientras que la depresión es una enfermedad mental grave que afecta a la salud mental y física de la persona que la padece.
¿Qué es la tristeza?
La tristeza es una emoción que puede ser causada por una amplia variedad de hechos, como la pérdida de un ser querido, una ruptura amorosa, problemas económicos o de salud, o simplemente por sentirse solo o aislado. La tristeza es una emoción normal y saludable que puede ayudarnos a procesar nuestras emociones, a reflexionar sobre nuestra vida y a tomar decisiones importantes. Es una emoción temporal que suele disminuir con el tiempo y con el apoyo emocional de amigos y familiares.
¿Qué es la depresión?
Por otro lado, la depresión es una enfermedad mental que afecta la forma en que una persona piensa, siente y se comporta. La depresión no es simplemente sentirse triste o deprimido por un período corto de tiempo, sino que es un trastorno médico que requiere tratamiento profesional. La depresión puede afectar a cualquier persona, independientemente de su edad, sexo, raza o estatus socioeconómico. Puede ser causada por una variedad de factores, como la genética, el estrés, la ansiedad, el abuso de sustancias, los problemas de salud y otros trastornos mentales.
¿Cuáles son los síntomas de la depresión?
Los síntomas de la depresión pueden variar de persona a persona, pero generalmente incluyen sentimientos persistentes de tristeza, ansiedad, pérdida de interés o placer en actividades que antes eran agradables, fatiga, problemas de sueño, cambios en el apetito y dificultad para concentrarse. La depresión también puede tener consecuencias físicas, como dolores de cabeza, dolor de espalda y problemas digestivos. En casos graves, la depresión puede llevar a pensamientos suicidas.
Es importante distinguir entre la tristeza y la depresión para buscar el tratamiento adecuado. La tristeza generalmente se puede superar con el tiempo y el apoyo emocional de amigos y familiares, mientras que la depresión requiere tratamiento profesional.
Dicho tratamiento puede incluir terapia, medicación y cambios en el estilo de vida, como una dieta saludable, ejercicio regular y reducción del estrés. El tratamiento de la depresión puede ser muy efectivo y puede ayudar a las personas a recuperar su calidad de vida y su bienestar emocional.
La identificación temprana de los síntomas de la depresión y el tratamiento profesional son esenciales para recuperar la salud mental y física y prevenir consecuencias más graves.
Las redes sociales pueden tener un impacto negativo en la salud mental de las personas, incluyendo la aparición de trastornos de la conducta alimentaria como la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y el trastorno por atracón.
Tres razones por las que las redes pueden desencadenar un Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA)
En primer lugar, las redes sociales pueden ser una fuente de comparación social, lo que puede contribuir a la insatisfacción corporal y la búsqueda de la delgadez extrema. Las imágenes de cuerpos «perfectos» y estereotipados que se muestran en las redes sociales pueden crear una presión social para alcanzar un cuerpo delgado y atractivo. Esto puede llevar a un comportamiento alimentario poco saludable, como restringir la ingesta de alimentos, hacer ejercicio excesivo y/o utilizar laxantes y diuréticos para perder peso rápidamente.
En segundo lugar, las redes sociales también pueden servir como un medio para compartir información y trucos sobre cómo perder peso rápidamente, lo que puede fomentar el comportamiento alimentario poco saludable. Por ejemplo, los sitios web pro-ana (pro-anorexia) y pro-mia (pro-bulimia) son comunidades en línea que promueven y normalizan la anorexia y la bulimia como estilos de vida. Estas comunidades pueden ser especialmente peligrosas para aquellos que ya están luchando contra un trastorno de la conducta alimentaria, ya que pueden reforzar comportamientos alimentarios poco saludables y proporcionar una falsa sensación de aceptación y apoyo.
En tercer lugar, las redes sociales pueden ser un lugar para la victimización y la humillación pública, lo que puede tener un impacto negativo en la autoestima y el bienestar emocional de las personas. Por ejemplo, el «fat-shaming» o el acoso a las personas por su peso o apariencia física puede llevar a sentimientos de vergüenza y auto-rechazo, lo que puede contribuir a un comportamiento alimentario poco saludable.
Ya hay estudios que lo han demostrado.
Así es, existen diversos estudios que han encontrado una asociación entre el uso de redes sociales y el desarrollo de trastornos de la conducta alimentaria, aunque la relación no es necesariamente causal y puede ser influenciada por otros factores. Por ejemplo, algunos de estos estudios han sugerido que el uso excesivo de redes sociales puede contribuir a la comparación social y a la insatisfacción corporal, lo que a su vez podría aumentar el riesgo de desarrollar trastornos alimentarios como la anorexia o la bulimia. Igualmente, como he comentado, pueden ser un lugar donde se promueve la delgadez extrema y la idealización de ciertos tipos de cuerpos, lo que puede contribuir a la percepción negativa del cuerpo y la alimentación. Si quieres profundizar, te dejo aquí el enlace a algunos de esos estudios.
Redes sociales: los peligrosos consejeros dietéticos del siglo XXI
Algunas personas usan las redes sociales para buscar consejos sobre cómo perder peso o cómo lograr un cuerpo idealizado, lo que puede llevar a la adopción de hábitos alimentarios poco saludables y peligrosos. Sin embargo, es importante destacar que no todas las personas que usan redes sociales desarrollan trastornos de la conducta alimentaria, y que la influencia de las redes sociales en la alimentación y la percepción del cuerpo puede ser mitigada por otros factores, como la educación y la conciencia de los problemas asociados con la delgadez extrema y la promoción de la pérdida de peso rápida.
Es recomendable ver las redes con la distancia conveniente.
La autopercepción y las redes sociales.
Antes de nada, ¿qué es la autopercepción? Pues es cómo las personas se ven a sí mismas, incluyendo su autoestima, autoconcepto y autoimagen. Las redes sociales pueden influir en la autopercepción de varias maneras. Por ejemplo:
Comparación social: Las redes sociales pueden exacerbar la tendencia natural de las personas a compararse con otros (sí, a todos nos ocurre). Al ver constantemente las vidas aparentemente perfectas de los demás en las redes sociales, algunas personas pueden sentir que no están a la altura y llevarles a tener una imagen negativa de sí mismos.
Auto-presentación: Las redes sociales permiten que las personas presenten versiones cuidadosamente «filtradas» de sí mismas, seleccionando solo los aspectos positivos de sus vidas para compartir. Esta presentación selectiva puede crear una imagen distorsionada de la realidad, lo que lleva a una imagen distorsionada de sí mismos. Recientemente conocí el caso de una mujer que, en redes sociales aparentaba tener unos 25 años menos de los que, en realidad tiene. ¿Qué beneficio real obtiene de ese comportamiento…?
Aprobación social: Las redes sociales pueden crear una presión social para obtener «Me gusta» y comentarios positivos en las publicaciones, lo que puede afectar la autoestima de las personas. Si no reciben la validación que esperan, pueden sentirse menos valiosos o menos queridos.
Es importante que seamos conscientes de cómo las redes sociales pueden afectar a nuestra autopercepción y tomar medidas para proteger nuestra autoestima y autoimagen. Esto puede incluir limitar el tiempo que pasamos en redes, seguir cuentas que promuevan una imagen positiva de sí mismos y practicar la auto-compasión y la aceptación de uno mismo.
En resumen, si bien el uso de redes sociales puede contribuir al desarrollo de trastornos de autopercepción y alimentarios en ciertos casos, no es la única causa. Si sospechas que alguien está luchando contra un trastorno de la conducta alimentaria o de autopercepción, es interesante animarle a buscar ayuda profesional.
Hablar con alguien que sufre de dolor crónico puede ser un desafío, ya que el dolor constante puede afectar su estado de ánimo y nivel de energía. De modo que, cuando hables con alguien que sufre de dolor crónico, es importante que te acerques a la conversación con comprensión y empatía. Aquí te presento algunas sugerencias para hablar con alguien que está pasando por ese trance:
Escucha activamente: la persona con dolor crónico puede querer hablar sobre su experiencia y cómo se siente. Presta atención a lo que dice y haz preguntas para entender mejor su situación.
Muestra empatía y sé compasivo: demuestra que entiendes la gravedad de su dolor y que estás dispuesto a auxiliar en lo que puedas. Esto puede ayudar a la persona a sentirse comprendida y apoyada.
Sé paciente: Es posible que la persona con dolor crónico tenga dificultades para hablar o expresarse debido al dolor. Trata de ser comprensivo y no apresurarlo.
Ofrece tu ayuda: Pregúntale cómo puedes ayudar en su día a día. Quizás necesite ayuda con tareas cotidianas o simplemente alguien que escuche.
Sé respetuoso: Evita minimizar su dolor o decir que entiendes completamente lo que está pasando, a menos que hayas pasado por una situación similar.
Ofrece soluciones: Si tienes alguna idea que podría ayudar a aliviar su dolor crónico, ofrécela de manera respetuosa y sin presionar. Siempre es mejor preguntar primero si estarían dispuestos a intentarlo
El dolor constante puede afectar su estado de ánimo y nivel de energía.
Recuerda que cada persona es única y el dolor crónico puede manifestarse de diferentes maneras, por lo que es importante ser respetuoso, empático y estar dispuesto a aprender y adaptarte a sus necesidades. El dolor crónico puede ser una carga emocional y física para la persona que lo sufre. Ser comprensivo y ofrecer apoyo puede ser de gran ayuda para hacerles sentir que no están solos.
Si alguien ha expresado la intención de querer suicidarse, es importante tomar la situación muy en serio y buscar ayuda inmediatamente. A continuación, te presento algunos pasos que puedes seguir para hablar con alguien que está considerando el suicidio:
Mantén la calma: es importante que mantengas la calma y no muestres pánico o ansiedad. Trata de hablar con la persona de una manera serena y tranquila.
Escucha: dale a la persona toda tu atención y escucha lo que tiene que decir. No interrumpas ni juzgues. Trata de mostrar empatía y comprensión.
Hazle saber que te importa y que te preocupa su bienestar. Dile que estás ahí para ayudarle en lo que sea necesario.
Anima a la persona a buscar ayuda profesional: es importante que la persona hable con un profesional de la salud mental. Anímale a buscar ayuda y ofrécele apoyo en el proceso.
No prometas mantener en secreto su intención de suicidarse. Es importante que la persona reciba la ayuda que necesita, incluso si eso significa informar a un profesional de la salud mental o a las autoridades pertinentes.
Contacta a un profesional: si no te sientes seguro o cómodo hablando con la persona que se quiere suicidar, contacta a un profesional de la salud mental o a una línea de ayuda de prevención de suicidio.
Recuerda que la prevención del suicidio es una responsabilidad compartida. Si conoces a alguien que está luchando con pensamientos suicidas, no dudes en buscar ayuda y apoyo de profesionales de la salud mental capacitados.
La educación familiar puede tener una gran influencia en las relaciones de pareja. La forma en que las personas son criadas y educadas en su hogar puede afectar su manera de interactuar con sus parejas románticas en el futuro.
¿Y cómo influye mi educación familiar en mi vida de pareja?
En primer lugar, la educación familiar puede influir en la forma en que las personas se relacionan emocionalmente con los demás. Si una persona creció en un hogar en el que se expresaban libremente las emociones y se fomentaba la empatía, es más probable que tenga una habilidad innata para entender las emociones de su pareja y ser más empático en su relación.
Por otro lado, si una persona creció en un hogar en el que se minimizaban o reprimían las emociones, puede tener dificultades para expresar sus propios sentimientos o entender los de su pareja. Esto puede llevar a conflictos y malentendidos en la relación.
¿Sabes cómo enfrentas los conflictos? Como aprendiste en casa de tus padres.
Además, la educación familiar también puede influir en la forma en que las personas manejan el conflicto. Si una persona creció en un hogar en el que se resolvían los conflictos de manera saludable y constructiva, es más probable que tenga habilidades para resolver problemas y manejar conflictos en su relación de pareja de manera efectiva.
Por otro lado, si una persona creció en un hogar en el que se evitaba o se minimizaba el conflicto, puede tener dificultades para abordar problemas en su relación y puede ser más propensa a evadir o ignorar los conflictos en lugar de enfrentarlos.
Formas en que la educación familiar influye en tus relaciones de pareja.
A continuación se presentan algunas formas en que la educación familiar puede influir en las relaciones de pareja:
Patrones de comunicación: La forma en que los padres se comunican entre sí y con sus hijos/as puede influir en la capacidad de una persona para comunicarse de manera efectiva en una relación de pareja. Si un niño o una niña crece en un hogar donde hay conflictos constantes y la comunicación es agresiva o evasiva, puede tener dificultades para expresar sus sentimientos y necesidades en una relación de pareja.
Modelos de roles de género: Los roles de género que se aprenden en la familia pueden influir en la forma en que las personas ven sus relaciones de pareja. Si se les enseña a los niños que los hombres deben ser dominantes y las mujeres sumisas, es más probable que se reproduzcan estos patrones en sus relaciones de pareja.
Experiencias emocionales: La forma en que los padres manejan las emociones de sus hijos/as y las propias puede influir en cómo se manejan las emociones en las relaciones de pareja. Si un niño o una niña crece en un hogar donde no se les permite expresar sus emociones o se les castiga por hacerlo, puede tener dificultades para manejar las emociones en una relación de pareja.
Expectativas: Las expectativas que se establecen en la familia sobre las relaciones de pareja también pueden influir en cómo se ven las relaciones en el futuro. Si se les enseña a los niños que las relaciones deben ser perfectas y sin conflictos, pueden tener dificultades para manejar los problemas en una relación de pareja.
En resumen, la educación familiar puede tener una gran influencia en las relaciones de pareja. Las personas criadas en hogares donde se fomenta la empatía, la expresión saludable de emociones y la resolución de conflictos pueden tener una ventaja en la creación y mantenimiento de relaciones amorosas saludables y satisfactorias.
La comunicación es una de las piedras angulares de cualquier relación, y esto es especialmente cierto en el caso de las parejas. La capacidad de comunicarse de manera efectiva puede fortalecer la conexión emocional entre los miembros de la pareja y puede ayudar a resolver conflictos de manera saludable. Sin embargo, muchas veces se subestima su importancia y se le da menos atención de la que merece.
No solo es hablar, es también escuchar y comprender.
La comunicación no solo implica la capacidad de hablar y expresar lo que se siente, sino también la habilidad de escuchar y comprender al otro. En una relación de pareja, es fundamental tener la capacidad de expresar lo que se siente, las necesidades, los deseos y las expectativas, pero también es necesario escuchar y comprender las necesidades, deseos y expectativas del otro.
Honestidad y transparencia.
Una de las claves para una comunicación efectiva en la pareja es la honestidad. Es importante ser sincero y transparente en la comunicación, sin ocultar nada o mentir. La falta de honestidad en la comunicación puede generar desconfianza y resentimiento en la pareja.
Empatía y comunicación constructiva.
Otro aspecto importante en la comunicación en la pareja es la empatía. La empatía implica ponerse en el lugar del otro, tratar de entender lo que siente y por qué lo siente. Cuando se comunica con empatía, se demuestra al otro que se le respeta y se le valora, lo que ayuda a fortalecer la relación.
La comunicación también debe ser constructiva, es decir, no debe servir para atacar, culpar o criticar al otro. En su lugar, debe ser utilizada para resolver conflictos, discutir soluciones y buscar un entendimiento común.
¿Y la comunicación no verbal?
Es importante mencionar que la comunicación no se limita solo a las conversaciones verbales. También incluye la comunicación no verbal, como los gestos, la mirada y el tono de voz. Es importante prestar atención a estas expresiones, ya que pueden transmitir más información que las palabras.
¿La clave? Práctica, paciencia y esfuerzo.
Finalmente, es importante recordar que la comunicación en la pareja no es algo que se logra de un día para otro. Requiere práctica, paciencia y esfuerzo. Pero con el tiempo y la dedicación, se puede lograr una comunicación efectiva y saludable en la pareja, lo que ayuda a fortalecer la relación y a superar cualquier obstáculo que se presente.
La dependencia emocional es un patrón de comportamiento en el que una persona se siente fuertemente apegada a otra y experimenta un miedo intenso a perderla. Otra característica reseñable es que las personas dependientes sienten una necesidad excesiva y desmedida de la presencia, el afecto y la aprobación de otra persona. Suelen sentir que su vida depende de la aprobación y el amor de los demás, lo que puede llevar a relaciones tóxicas y perjudiciales para su bienestar emocional.
Esta dependencia puede manifestarse en diferentes ámbitos de la vida, incluyendo las relaciones románticas, las amistades y las relaciones familiares. Las personas que sufren de dependencia emocional a menudo tienen una baja autoestima y se sienten incapaces de ser felices sin la presencia y aprobación de otra persona.
¿Qué consecuencias tiene la dependencia emocional?
La dependencia emocional puede tener graves consecuencias en la salud mental de una persona, ya que puede limitar su capacidad para tomar decisiones y ser autónomo. Además, puede llevar a relaciones tóxicas y abusivas, en las que la persona dependiente se somete a las demandas de la otra persona a pesar de que estas sean perjudiciales para su bienestar.
¿Y se puede tratar desde la psicoterapia?
La respuesta corta es sí. Voy a explicarlo un poquito.
En psicología, la dependencia emocional se considera un trastorno de la personalidad que puede estar relacionado con otros trastornos, como la ansiedad, la depresión o los trastornos de apego. Los psicólogos solemos trabajar con pacientes que presentan dependencia emocional para ayudarles a identificar los patrones de comportamiento que están afectando su bienestar y su calidad de vida.
Una de las teorías más aceptadas sobre la dependencia emocional es la teoría del apego, que sugiere que las personas que han experimentado una infancia difícil o han sufrido traumas emocionales tienen más probabilidades de desarrollar este patrón de comportamiento. Además, como escribí al comienzo del artículo, también se ha demostrado que la dependencia emocional puede estar relacionada con la baja autoestima y la falta de confianza en uno mismo.
Con todos estos datos, es obvio que uno de los aspectos más importantes en el tratamiento de la dependencia emocional es ayudar a la persona a aumentar su autoestima y su capacidad para tomar decisiones. Esto puede incluir terapia individual o de pareja, así como la enseñanza de habilidades para la resolución de problemas y la toma de decisiones.
También es importante que la persona aprenda a reconocer las señales de una relación tóxica y a establecer límites claros y saludables en sus relaciones interpersonales. Naturalmente, esto implica aprender a decir «no» y a mantenerse firme en sus decisiones, así como a buscar apoyo en amigos y familiares que puedan ayudarle en su proceso de recuperación.
En resumen, la dependencia emocional puede ser una experiencia muy dolorosa y limitante para las personas que la sufren. Sin embargo, con la ayuda adecuada, es posible superarla y construir relaciones saludables y satisfactorias basadas en el respeto mutuo y la autonomía personal. Si sospechas que puedes estar sufriendo de dependencia emocional, es importante buscar ayuda de un profesional de la salud mental para recibir el tratamiento adecuado y mejorar tu bienestar emocional.
Para realizar este ejercicio te voy a pedir que tras leer las instrucciones, visualices toda la escena lo más detallada posible con los ojos cerrados una vez lo hayas leído para poder responder a las cuestiones del final.
Comencemos…
Imagínate por un momento que vas por la calle. Cruzas un paso de cebra con el semáforo en verde, pero un conductor alocado se salta el luminoso y… En ese momento sientes un fuerte golpe; ni siquiera lo has visto venir. En décimas de segundo tu cuerpo es lanzado por los aires. Ni siquiera sientes dolor. Ni el del golpe contra la chapa del vehículo. Ni el de tus vértebras estallando en un terrible crujido contra el asfalto. No, no has sentido dolor. Porque estás muerto.
De repente, abres los ojos. ¿Dónde estoy? Te preguntas algo confuso. Y al instante lo comprendes todo. Ahí está tu cuerpo. Tu cabeza es una masa informe cuyo rostro, ni siquiera tú, reconoces. El conductor homicida luce desesperado. Ya hay muchísima gente alrededor. Ya eres consciente de tu situación: son los ojos del alma los que te permiten observar la aterradora escena.
Todo sucede a gran velocidad. La llegada de la policía. Tus seres más queridos llorando al recibir la horrible noticia de la tragedia. La soledad en la sala refrigerada del tanatorio. Y llega el momento de tu funeral.
Tu propio funeral.
Observas tu propio funeral. Contemplas a la gente que ha acudido a despedirse de ti.
¿Quién iría a tu funeral?
Y ahora es entonces cuando yo te pregunto…
¿Quiénes estarían en tu funeral?
¿Quiénes te gustaría que estuviesen en tu funeral? ¿Por qué?
¿Qué dirían todas esas personas de ti?
¿Qué te gustaría que dijesen de ti?
Piensa en estas cuatro preguntas y responde por escrito a dichas cuestiones…
Sara Oneca De Miguel
Psicóloga Sanitaria Colegiada N-01642
Hoy es un día importante para mí. He calificado con sobresaliente en el Máster en Terapias Contextuales de 3ª Generación por la Universidad de Almería. Y me importa porque es justamente con lo que estoy trabajando últimamente.
Todo conocimiento es poco con tal de ayudar a mis pacientes.
Los psicólogos somos profesionales muy formados en la ciencia de la psicología. Nos pegamos años y años estudiando la psique humana, los procesos mentales, el pensamiento, las emociones… nunca dejamos de investigar ni de estudiar.
Por muy formados que estemos, a veces en sesiones escuchamos casos que nos tocan el corazón.
Sufrimiento y psicología.
Tenemos que tratar casos de extrema gravedad, en los que se nos encogen los corazones, se nos parte el alma y debemos seguir firmes sentados delante de nuestros consultantes.
A veces, los psicólogos también sufrimos por ello. Debemos callar, escuchar, guiar y aprender de las miles de personas que desnudan lo más profundo de su ser ante nosotros.
Pero muchas veces nos derrumbamos. Y seguimos de pie en el silencio de nuestro sufrimiento. Es un esfuerzo extra que no se ve, que no se paga, ni se computa.
Ser psicólogo no es sólo estudiar una carrera. Es dejar un pedazo de tí y llevarte un trozo de la otra persona para poder sacarla del abismo… y ante este gran acto, no está permitido desplomarse.